Roberto Castro, profesor de japonés: “los chilenos lo primero que quieren aprender es cómo se dicen los garabatos en otro idioma”

Es cajero y administrador de las redes sociales en Cerroletras, la Librería Popular de Cerro Navia. Roberto Castro a sus 27 años fue parte de la inauguración en febrero y ahora también es protagonista de obras de teatro.

En Cerroletras las hace todas, pero, además, tiene su Lado B: “Soy profesor y traductor de japonés-español, además soy intérprete de inglés-español. Eso es lo que no se ve en la caja del Cerroletras”, comenzó contando Roberto. Así que de que sabe, sabe.

¿Cómo le picó el bichito del japonés? Hace 10 años, Roberto era un fiel seguidor de animé, sus “monitos” preferidos eran Cazador X, Slam Dunk y Hajime No Ippo. Ese acercamiento a Japón lo llevó a investigar acerca de la historia y la cultura del país. “En 2011 yo estaba super metido en el tema del animé y quería estudiar japonés para comprender qué es lo que decían. Después tuve este cambio y me convencí de seguir estudiando”, dijo al contar la historia.

Hoy Roberto está en Nivel 3 de japonés, que significa que es capaz de entender el idioma usado en escenas cotidianas. Es decir, puede mantener una conversación sin problemas. Sin embargo, los amigos le piden cualquier cosa, menos traducciones de libros o música.

“Es típico de los chilenos que lo primero que quieren aprender es cómo se dicen los garabatos en otro idioma. Aunque mis amigos se decepcionan porque los garabatos en japonés no son tan fuertes como los chilenos. Los garabatos que tenemos en Chile ofenden hasta a la madre, y en Japón no es tan así. Los insultos son como ‘tonto’, ‘estúpido’ o ‘no entiendes’, son suavecitos para Chile, pero que allá son considerados fuertes”, contó entre risas.

El proceso de aprendizaje fue más allá de aprender a garabatear en japonés. Roberto Castro contó que hubo algunas palabras que no fluyeron tan fácil, principalmente por la pronunciación. “Hay una palabra que es super sencilla, pero que me costó mucho el primer año de estudio”, dijo.

Tiene una colección de libros para sus estudios.

Es “便利”, así de simple… Esos kanjis se leen como “benri” y significa útil o conveniente: “la combinación de la ‘n’ entremedio me complicó por la pronunciación. Además, es con la entonación hacia arriba. ¿Por qué me costó? No hay una explicación, pero fue mi palabra desafío en su momento, después me solté mucho más”, explicó Roberto. Así que ¡desafío superado!

En Japón -dice Roberto- las personas son muy educadas y no manifiestan lo que realmente piensan. Y es que una de las frases que más repiten los japoneses a quienes aprenden el idioma, es una de las más odiadas por Roberto: “日本語が上手です。”.

“La frase que me carga que dicen los japoneses es “eres hábil en el japonés”. Uno sabe que aún le falta, pero ellos son tan educados de la boca hacia afuera, que dicen eso. No me gusta porque llevo tantos años en el idioma que sé que es un cumplido falso”, explicó.

El futuro en el país del sol naciente

Además de trabajar en Cerroletras, facilitó un taller de japonés para los vecinos y vecinas de Cerro Navia, y para la próxima Feria del Libro del 28 de agosto participará de una obra de teatro en la que contarán historias en el idioma.

Lamentablemente, Roberto se va de Chile. Pronto nos deja y se va a probar suerte primero a Europa y luego a Asia, “mi próximo plan es que en septiembre o enero me iré a Irlanda por 8 meses y trataré de extenderlo. También tengo negocios que me pueden llevar a Japón durante el próximo año”.

Tras todo este esfuerzo, Roberto se va con el corazón lleno porque “acá busqué cómo poder apoyar un poquito a la comunidad. Que esté aquí ahora es porque a la gente le sirve. Es mi granito de arena en la comuna antes de irme”.

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