Elías Saxton, apasionado por la astronomía
“A veces creo que podría encontrar a mi hija entre las estrellas”
A las 13:01 horas del 14 de diciembre, mientras todo Chile estaba atento al eclipse solar, Elías Saxton, funcionario de aseo, invitaba a las personas a observar este fenómeno de la naturaleza a través de su telescopio, que instaló en el patio de la sede Del Consistorial del municipio. No se podía perder esta oportunidad única, en que por un par de minutos la Luna se interpuso entre el Sol y la Tierra y ofreció un eclipse total en algunas zonas del sur de Chile.
“El eclipse de hoy para mi es hermoso, porque es algo de la naturaleza, exacto. Es impactante verlo, me parece que hay un limbo, un vacío, un silencio absoluto. Todos están pendientes del eclipse y no se percatan de eso, hasta los pájaros se quedaron callados. Esto lo hace pensar a uno lo hermoso que es el universo” explicó entusiasmado.
Don Elías, como lo llaman algunos funcionarios, es delgado, de lentes, silencioso y de sonrisa amistosa. Trabaja hace 3 años en la Municipalidad, y a sus 65 años pudo cumplir recién el año pasado el sueño de tener un telescopio. “Desde niño me gusta la astronomía y nunca pude comprarme un telescopio. Con mucho esfuerzo fui juntado el dinero, pese a que no tengo un sueldo muy alto, hasta que el año pasado me compré mi primer telescopio. Con él veo las lenguas de fuego del sol, los cráteres de la luna, a planetas como Júpiter, Saturno y Plutón” contó orgulloso.
Desde que tiene recuerdos miraba las estrellas y pensaba “que hay más allá, cómo puedo descubrirlo. Entonces empecé a estudiar. Compré muchos libros y preguntaba a gente conocida o experta en esto. A veces iba al Planetario de la USACH y hablaba con profesores, me explicaban de una forma que no entendía nada, pero llegaba a mi casa y seguía estudiando” comentó con nostalgia.
Elías Saxton, está separado y tiene dos hijas, la mayor de 22 vive en Chillán y la menor murió el año 2012 a los 13 años. Todo pasó después de su separación y ha sido uno de los momentos más dolorosos de su vida. A su juicio la astronomía lo salvó, porque “después de la muerte de mi niñita fue un refugio para mí, quizás sean cosas de viejo o de loco, pero a veces creo que podría encontrar a mi hija por ahí entre las estrellas. El amor de un padre a un hijo es eterno, pasan los años y uno igual los sigue amando y queriendo”.
Pero su pasión no tiene límites. “Quiero seguir investigando sobre el universo hasta que tenga vida, quizás comprarme un telescopio más grande para seguir mirando lugares más distantes del universo, me interesa ver los hoyos negros y otras galaxias, esto no tiene límites” finalizó.